ETAPA 4: FINAL (1911-1923
- Firma un contrato con The Hispanic Society of America Nueva York. Mural de pinturas de provincias de España
- En los descansos Sorolla pinta más sintéticamente enfrentandose con lo fundamental. Hace como Monet- pintar sus jardines.
HISPANIC
SOCIETY OF AMERICA
El
presidente de The Hispanic Society of America le encarga a Sorolla en nombre de
la Sociedad un mural de 70 metros de longitud con 14 escenas diferentes que
terminaron siendo en realidad la visiónde Sorolla de España y Portugal de esa
época.
Sorolla
se recorre media España para reflejar sus cuadros tipos más representativos,
entre los cuales no analizaré más que dos o tres y pasaré por encima unos
cuantos más que fueran los más famosos o los que más me gustaran a mí.
Según mi punto de vista Sorolla
comienza su trabajo con mucho entusiasmo, viajando por diversas zonas de España
y realizando un sin número de apuntes y cuadros más o menos terminados, hasta
que comprende que realmente esto le resta energía para seguir realizando lo que
a él en realidad le gusta, lo que supone una desmotivación hacía su encargo.
Comienzo con este cuadro ya que
me llama especial la atención como cuando la gente a la que pintaba Sorolla,
cuando se arreglan con sus mejores galas o van con trajes típicos de su lugar y
época entraba en más detalle.
Al contrario que cuando no se
visten en sus mejores galas encontramos cuadros como éste:
“Vendimiando. Jerez”-1914
En el que Sorolla en actividades
típicas que no requerían vestir bien plasma la despreocupación. En realidad el
cuadro esta compuesto por manchas ya que Sorolla diluía el oléo en trementina
para poder trabajar más rápido. Si nos acercamos podemos ver las pinceladas e
incluso sin acercarnos demasiado de la brocha contra el lienzo. Aprovecho
también este cuadro para señalar cómo Sorolla tenía una manera curiosa de dejar
a muchos de sus personajes con solo un ojo como hemos visto en la etapa
anterior con “Niños en la playa”, y también como Sorolla casi siempre
acostumbra pintar a casi todas las mujeres de refilón.
"
La pesca de atún”-1919
Otro de los cuadros más famosos
para The Hispanic Society of New York es éste. Es de Ayamonte. A Sorolla le
parecía exacto de color y construcciones por ello elige ésta región. En este
cuadro surge de nuevo el blanco y el azul organizado cromáticamente, acompañado
por la potencia del toldo amarillo, del cual los reflejos se extienden a través
de todos los elementos. Se suma también el rojo de la sangre de los pescados y
el conjunto de brochazos grandes entre los que vuelve a resaltar el brillo del
blanco que tanto le gustaba a Sorolla.
“Valencia. Las Grupas”-1916
Este es un cuadro que
personalmente me encanta, en especial por los colores vivos que en él
encontramos. Casualmente también es uno de los preferidos de Sorolla ya que en
un primer momento Sorolla quería pintar un campo de naranjos; pero un día paso
por la catedral de Valencia y vio los preparativos de la procesión San Vicente
Mártir. Como he dicho antes éste es el más alegre de sus cuadros en cuanto a
colorido, seguramente porque esta pintando su tierra natal.
“Castilla. La fiesta del pan”-1913
Esta la he puesto ya que es una de las más famosas, y más
planificada de las obras de esta exposición. Aquí mezcla todo a diferencia de
las particularidades que resaltaba en los otros cuadros. Para “su” Castilla el
pintor tomó modelos al natural pero terminó su obra en Madrid en su estudio.
ETAPAS DE DESCANSO
Y VERDADERAS PASIONES DE SOROLLA
Cuando
el pintor se tomaba sus descansos de su duro encargo para América. Aquí era
cuando Sorolla pintaba de nuevo lo que de verdad le gustaba y apasionaba. Nace
también especialmente en los últimos años tras la plantación de su jardín en su
casa de Madrid, lo que es hoy el Museo Sorolla, empieza a pintar sus jardines
desde distintos puntos de vista. Hace pues como recordamos que hizo Monet
durante sus ultimos años pintando sus puentes, estanques… Sorolla pintó tras
haber conquistado todo lo que un pintor puede conquistar con su arte, una y
otra vez su casa, que había construido como un refugio de paz y tranquilidad.
Voy a poner dos de los cuadros que hizo Sorolla
durante sus descansos que son los que más me gustaron.
Es el cuadro que Sorolla decía preferir, y no cabe duda
puesto que es un cuadro excepcional según mi punto de vista.
Es una composición rebosante de sensualidad dónde los
cuerpos, rotundos y bien proporcionados desprenden un claro aroma clásico.
Es una sencilla escena veraniega: y una joven se despoja de
su ropa mojada tras un baño en aguas mediterráneas. Sorolla nos vuelve a
sorprender una vez más con el arte de captar la luz desde distintos puntos, esa
captación de las transparencis y de la luz natural fuere cual fuere el momento
del día.
La bañista tiene una postura de inspiración helénica. Su
pelo esta delicadamente recogido sobre la nuca, su figura es voluptuosa, la
túnica dejandole al descubierto sus pies, me recuerdan a las estatuas griegas
de ahí ese aroma clásico que hemos mencionado anteriormente. Podemos ver por
una zona de escape levemente el paisaje que tanto le gusta a nuestro pintor. Al
lado de nuestra mujer hay otra que la sonríe y le ayuda a quitarse la ropa
mojada sujetando en su otro brazo las ropas secas que le va a dar. Las
pinceladas son gruesas y los empastes son ricos solamente el cortinaje y el
fondo se perfilan con trazos más ligeros. Nos parece que de un momento a otro
como el cuadro es tan vivo, la muchacha se va a girar a miarnos.
“Elena en la Cala San
Vicente”- 1919
He elegido este cuadro ya que yo veraneo en Pollensa y me he
recorrido esta cala muchísimas veces, y siempre es un gusto ver un sitio que
conoces tanto reflejado en un cuadro con una luz tan bonita. Las pinceladas en
este cuadro como podemos ver son muy sueltas y mezclando tonos por la búsqueda
de la luz en sus obras.
Para
terminar pondré dos o tres cuadros del Jardín de la Casa Sorolla que más me
gustaron.
“Jardin Casa Sorolla”-1918
Como hemos dicho antes,
Sorolla se dedica la mayor parte de sus ultimos años a pintar su jardín desde
todos los ángulos distintos que pueda captar. Este me gustó en especial por el
las sombras rosadas que le dan una sensación de algodón y de bien estar. Viendo
estos cuadros imagino lo que Sorolla podía sentir mientras los pintaba, el
escuchar el agua de las fuentes, los pajarillos piar, el sonido del viento
moviendo las hojas de los árboles, el aroma de las flores. Las estatuas sin
terminar dando un estilo impresionista y otorgándole más luz… Todo esto hace
que se note la pasión que sentía Sorolla por su entorno hogareño. Y con estos jardines que tenía que podemos
seguir viendo en el Museo ¿quién no iba a sentirse sereno?.
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