miércoles, 25 de enero de 2012

Amor

A Estrella le rondan dudas, pensamientos, reflexiones sobre lo que es, lo que somos, sobre la palabra madre y su significado, sobre si diecisiete días son un mundo y ella y yo nos parecemos. Cuando era pequeña y me preguntaba, más allá del famoso "hasta la luna y vuelta", yo contestaba que la quería TODO. Así, a lo grande, pero sin poesía. ¿Se puede amar más que todo? ¿Imposible? Pues eso me pasa a mí con los años, que eso crece, y ella, y yo. Y como deseo con toda mi alma estar presente en su proceso de comprensión y no sé cómo hacérselo ver, insisto en los abrazos, en los besos, en las miradas cargadas de significados... Pero hoy no he podido aguantar más y le he preguntado:
-Estrella, ¿estás triste?
-Un poco.
-¿Tú sabes que puedes contármelo todo?
-Sí.
-¿Tú sabes que no me voy a enfadar, que entenderé lo que sientas, y aceptaré tus dudas, y trataré de resolvértelas?
-Sí.
-Pues venga, cuéntame qué te preocupa.
-Vale, te lo cuento.
Caída de ojos avergonzados. Morritos de preocupación.
-Es que se me ha roto un poco la mochila. Y a lo mejor tú no, pero papá seguro que se enfada...
Bendita mochila.

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